viernes, 4 de enero de 2013

Tardes de Verano


Ya todo estaba dicho. Él la cogió nuevamente de la mano, caminaron todo lo que quedaba de noche por aquel sitio sin decir una palabra y cuando ya estaban de regreso el  se alejo en silencio. Ella quedo dandole la espalda a su casa, sin palabras que pudieran salir de su boca, quedo ahí, inmóvil. Su mano colgaba esperando que alguien pudiese tomarla. Con el amanecer y sus ojos aun lejos de este mundo se dio cuenta que era demasiado joven,  y que el era muy grande y esa historia de verano sería solo parte de un recuerdo que nadie mas que ellos conocían.

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